Como siempre digo, el mejor momento del día para hacer las sesiones es con la puesta de sol, o para los más valientes, el amanecer. Sólo así podemos captar una luz tan suave y cálida como en estas fotos de la preboda de Estrella y Jordi.
Fue muy fácil trabajar con ellos a pesar de ser su primera vez frente a la cámara. Naturalidad, amor y un entorno campestre fueron los tres ingredientes claves de esta sesión. Y aunque no se puede apreciar en las fotos, acabamos de tierra y ramitas hasta las rodillas! Gracias chicos por no quejaros ni una sola vez y hacerlo tan bien!